Estamos proyectados hacia la vida, por eso es difícil pensar en nuestra muerte y en la de nuestros seres queridos. Acompañar a alguien en sus últimos días de vida es un desafío. ¿Qué decirle? ¿Cómo contenerlo y acompañarlo en el proceso? Y también ¿cómo será mi propia muerte? ¿Existe una manera de morir bien?Los grandes avances científicos y tecnológicos han desnaturalizado la muerte y la han convertido en un hecho médico. El nacer y el morir son hechos biológicos naturales y el haberlos medicalizado creó condiciones positivas y negativas a la vez. Son cada vez más las personas que mueren en centros de salud, en soledad.Son menos los que mueren en su cama, rodeados de su familia y sus amigos. En este proceso perdimos, como personas, un saber ancestral: estar al lado del que va a morir, atender sus miedos, sus deseos y necesidades.Volvamos a aprender esto, creando redes de sostén, implementando herramientas para los que se van puedan “sanar”su historia y morir en paz. Los que quedamos, habremos participado de un proceso rico y vital.
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